- La educación apropiada durante el embarazo es muy importante, ya que durante este período se comienzan a desarrollar hábitos alimenticios que pueden continuar durante el resto de la vida. Los niños que desarrollan hábitos alimenticios correctos durante su niñez, tienen muchas probabilidades de nunca desarrollar la obesidad.
- Debe haber un adecuado control en la dieta de los niños durante su primer año. Usualmente la grasa presente en el cuerpo humano está en forma de tejidos adiposos o tejidos grasos independientes, y usualmente estos tejidos se forman durante el primer año de vida del niño, y no después. Por lo que si el niño es sobrealimentado durante su primer año, el número de células grasas exceden el límite normal. Después, la grasa se deposita en estas células causando la obesidad. En otras palabras, si el número de tejidos grasos no sobrepasa los límites normales, las probabilidades de desarrollar obesidad se reducen.
- La ingesta de carbohidratos juega un papel importante en el desarrollo de la obesidad. Si un niño no es sobrealimentado con carbohidratos durante su primer año de vida, las posibilidades de desarrollar obesidad se reducen dramáticamente.
- Para un niño, el ser amamantado es muy importante en la lucha contra la obesidad. Varios estudios han demostrado que los niños que fueron amamantados son menos obesos que los que tomaron leche de otras fuentes.
- Insístele a tus hijos que mastique bien los alimentos. Los alimentos no deben ser tan blandos que los niños los traguen sin necesidad de masticarlos.
- Es fundamental que los niños participen de actividades deportivas y físicas. En ocasiones los padres están preocupados que los niños se golpeen y salgan lastimados, pero esta falta de actividad física puede ayudar al desarrollo de la obesidad.
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