La mayoría de los padres no prestan atención a ciertos signos de posible obesidad en sus hijos, al creer que los niños “rellenitos” indican buena salud y buenos hábitos alimenticios. Pero lo cierto es que los niños gordos no necesariamente indican niños saludables. En muchas ocasiones los niños con sobrepeso presentan más limitaciones que otros niños de la misma edad sin problemas de sobrepeso.
De hecho, la obesidad infantil es un problema más serio que la obesidad durante la edad adulta, debido a que los niños obesos usualmente crecen como adultos obesos, y tienen mayor posibilidad de desarrollar enfermedades ligadas a la obesidad por el resto de sus vidas. Incluso, si las causas de la obesidad no son tratadas durante la infancia, se hace muy complicado que la obesidad pueda ser curada cuando se llegue a ser adulto. Mientras más largo el período de obesidad, más difícil se le hace al cuerpo eliminar el exceso de peso que se ha acostumbrado a llevar.
La falta de actividad física necesaria para quemar grasas es la causa más común de la obesidad infantil. Hoy en día los niños están más interesados en mirar televisión y jugar juegos en computadora que realizar actividades físicas al aire libre. También hay que tomar en cuenta que muchos niños pueden desarrollar la obesidad por factores genéticos, los hijos de padres obesos o con sobrepeso, usualmente desarrollan la obesidad.
No es difícil determinar si un niño o un adulto sufre de obesidad, todo lo que se debe hacer es calcular el índice de masa corporal, un índice de 30 o superior nos indica que el niño puede ser obeso y está en riesgo de sufrir todas las enfermedades relacionadas con la obesidad. También nos indica que se debe realizar una visita al médico e iniciar un programa de reducción de peso. También se debe comparar el peso del niño con los valores de las tablas de crecimiento.
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